La otra noche vi un búho
quise cogerlo y no se pudo
cuando los ojos crecieron hasta explotar
los vidrios paralelos jugaron
con el directo del oeste medio.
Y así gritaron por el fango
las sanguijuelas purulentas
burguesas antipáticas
cuasi podridas de risa enajenante y vomitiva…
Quedó compuesta la sinfonía
loca de destellos sublimes
entre animales ridículos.
¡Cojones!
Faltó pensar lo buena que ha sido esta revolución.
Poesía