Febrero 28, 2021
Queridos Elisa y Pulido,
No tengo en este momento a mano una máquina o quien maneje la computadora pero no quiero demorar la necesidad que siento de estar ahora al lado de ustedes de alguna manera con estas letras de mi puño y letra.
Desde aquí los acompaño con lo poco que puedo: mi recuerdo, mi condolencia, mi oración. Comprendo el enorme vacío que están sintiendo pero recuerdo el salmo que dice “el Señor hiere y sana”. Solo él sabe por quá ha pasado esto, por qué lo ha permitido; pero él sana y les concederá lo que nunca niega a quien se lo pide: su Consuelo en la fe recibida. El es rico en Piedad y dará acogida a este hijo en su bienaventurada eternidad.
Ofreceré la misa dentro de un rato por él y por ustedes, mientras les envio un fuerte abrazo y una cordial bendición.
+Adolfo
Arzobispo de Camagüey