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GOODBYE BLUE SKY:  WELCOME JOHN P.

Por Denis Fortún Bouzo, Domingo 14 de enero de 2007, Diario las Américas, pp. 11-13. 

In the desert you can’t remember your name…  América.

A veces un hombre no tiene derecho de morir y menos por su propia mano y maroma.  A veces, “estos a veces” presuponen la honra, se vuelven un buen libro, y también un poco insólito de que existen para dejar en claro que la regla de vivir es difinitivamente mejor que la regla de  morirse.

Palabras de un joven suicida (homenaje al escritor Juan Francisco Pulido) de Rodolfo Martínez Sotomayor, Editorial Silueta , 2006, es sin dudas una magnífica selección en una muy buena “envoltura” (entiéndase el libro objeto).  En su inicio lo conforman seis relatos de narradores hechos y oficiosos, luego tres del propio Pulido que vienen a darle una complete coherencia al libro y además el placer de releer sus buenos cuentos para los que ya tenían la suerte de conocerlos, o descubrirlos los que todavía no lo han hecho, y artículos y poemas, lo que es asimismo el resultado de la acertada seleccíon que Martínez Sotomayor con buen olfato lo convierte en un digno libro, impensado mucho antes de febrero de 2001 cuando compartía, aún todos juntos o separados (pero Pulido el centro), sus proyectos, cuentos, poemas, intentos de invasions, y vino, mucho vino tinto, y que hoy se agradece; y valen citarse, sin menosprecio a otros trabajos,  Confesa culpa de Eva M. Vergara, historia que se hilvana a partir de nostalgias y una cuerda, complicidades del amigo y el reproche de un libro irrecuperable, la infidelidad que marca un teléfono que duele una tripartita historia de aor y sobre todo e cuento de cómo te ves muerto y lo que soy al tocar tu nombre, por primera vez dimensionado, tangible; letras que cierran fecha sobre un mármol  frio y que reafirman en la ausencia la lobreguez del concepto.  Narración fresca, de otra letra suelta y viva, irreverente.  Le sigue Aún nuestra juventud era una cosa ajena de José Abreu, y el que confieso es uno de los que me provoca ese regodeo al leerlo y de ahí la culpa, y no pude resistirme a poner el disco The Wall y escuchar a Pink Floyd del John Pulido.

Bien disfrutable (y asumo el disfrute sin reserva alguna como una categoría estética) es Mario Marcel a las puertas del cielom de Armando de Armas, que podría definirse como la historia de la reiterada Muerte incomplete que de tanto anunciarse -porque Puido llevaba mil años matándose- no se creyese en ella y a la que por desgracia se tuvo confirmación. Tres citas en el sur de Carlos Victoria; La noche en el abismo de Luis de la Paz; y Eterno Viajero del propio Rodolfo Martínez, cierran (y digo cierran por definirlo de alguna manera porque no es ese precisamente el orden que tienen los cuentos) la narración, para luego de tres artículos de José Abreu Felippe, Belkis Cuza Malé y José Antonio Pino, se encuentren poemas que solo por citar uno y de nuevo repito sin desmerecer a otros -y me refiero al de Joaquín Gálvez- nos da una communión de muertes, el consuicidio, y Silvia Plath toma por una mano al Momo para darle su testimonio de la luz, a la que sin dudas él tiene derecho y espacio. 
Un libro más que bien pensado es Palabras por un joven suicida, y nace no sólo  por la buena seña que deja el talento, sino por el apego de la Amistad, en pago de su disfrute, y su parto no respeta códigos editorials o normas al salirse de formatos, y que por último trae un testimonio que a bien llega para que los ciegos útiles y cómplices de arbitrios sepan de puño y letra de Pulido cuándo y cómo, al ver que este joven estaba más a fin al servicio de Dios, de libertades, que a señalar del prójimo cuando no reunía  las características del hombre nuevo, trataron de borrarlo; lo que para fracaso de los rojos ahora pálidos no encontraron la goma suficientemente grande para conseguirlo y ellos mismo sin proponérselo le dieron vuelo y fuerza a un joven que dejó bien claro su apego a libertades, al pundo de hacer con su vida lo que entendiese; y créanme, no hago una apologia al suicidio.
Palabras por un joven suicida está para cobrarle precisamente a los verdugos de Pulido, toda la invaliez mental que transpiran desde sus ojos estrávicos y lenguas anti-verbos, por la que tantos han sufrido; y el mismo Pulido con sus historias magistralmente contadas y testimonio; las de amigos, ya sea narrativa, poesía, o artículos en los que se siente el sabor de dejarle un abrazo a un amigo gracias al consejo de un ángel (artículo de Belkis Cuza Malé) o la enseñanza para otro…  que la vida era algo más que mis problemas, que mi tendio, mi aburrimiento, que mi desesperanza (ironía del Momo, que no practicó la prédica que le daba a José Antonio Pino) han de mostrarle a muchos que el hombre no muere al dejar de existir, cuando sabe dejar su impronta por su ingenio y apego a libertades.
Palabras por un joven suicida será presentado por la revista electrónica El Ateje y la Editorial Silueta el martes 30 de enero de 2007 a las 7:00 pm en el Centro Cultural Español, 800 Douglas RD, suite 170, Coral Gables.  Participarán los escritores, Rodolfo Martíne Sotomayor, Carlos Victoria, José Abreu Felippe y Luis de la Paz.