Poesía

Poemas Inéditos

I

Comprender el amor
en la herida profunda
de cada muerte.
Comprender el amor
en el corazón de la muerte.
Comprender el amor
más allá de la muerte.

II

Cuando fue primavera
y el homosexual perdido ha dicho ¡Basta!
yo eché a andar.
Anduve, anduve, anduve
y caí y me dije:
“Es necesario levantarse para seguir andando
aunque no hay provecho alguno en ello
(en seguir andando).
Veo más ventaja en la caída
en el dolor del golpe seco
en el llanto
(¡Veo más ventaja en el llanto!…).
Cuando fue primavera
libremente decidiste apagarte
y ser feliz.
Yo medité, medité y entonces
mis venas siguieron siendo azules
y la nicotina nociva y deliciosa
y la duda eterna, invariable,
como una queja eterna, invariable
y seguí siendo hippie
el lunático infinito que buscaba tus ojos en un basurero
como las luces,…
Yo medité y medité y entonces
seguí siendo hippie
e infeliz…
(Tenía veinte años).

Cuando fue primavera
y gritaba: ¡Basta!
libremente decidiste apagarte
y ser feliz…
Yo medité y medité y medité.
Y mis venas siguieron siendo azules
y la nicotina nociva y deliciosa
y la duda eterna, invariable
como una queja eterna, invariable…
Entonces seguí siendo hippie
un lunático más, desafiante de lo oscuro
imperfecto e infeliz
(Tenía veinte años).

III

Escucha bien: He soñado una mujer
que existe, respira tenue y ríe
como nadie ha reído nunca.
Vive.
Y vive en ella el tiempo que no ha sido tiempo.
Y la amo…
Pero no merezco su ínfimo espacio cúbico
como no merezco que grite mi nombre
y me posea y me diga:
“Tus ojos no son tus ojos
son lo eterno que duerme
cuando pierdes el camino”.

IV

Estoy cansado, muy cansado…
estoy tan cansado que no sé
si podría hacer algo por curarme
en realidad nada puedo hacer por mí mismo
excepto dejarme morir en este infierno,
esta mierda de espacio caótico
en el cual no puedo ni moverme.
¡NI MOVERME SIQUIERA!
SIN QUE ALGUIEN, ¡ALGUIEN!
pida cenizas de mi cuerpo
hirsuto por el tiempo que pasaré en la
otra cárcel, en la pequeña cárcel
(Ya estoy en la gran cárcel).

V

Prometo amarte eternamente
Aunque la noche parezca infinita.
Será mi vida por tu sonrisa,
Mi alma por tu canción
Y hecha la promesa, escrita de paso, ruego por
[conocer otras aristas
(de las muchas que tienes).
Que no sea la de tu ausencia.

VI

He buscado el olor a estrellas
entre cables quemados por el tiempo
(Lleva un camello en bicicleta
ante la hormiga bajo la rueda
aplastada, sangrante y muerta).
He perdido a alguien que sonríe
a mis gritos histéricos de sexo.
(Acusan al asesino híbrido fusionado
las tontas hormigas indignadas
escupiendo su rostro asombrado).
Sigue el camello en bicicleta
maldiciendo lágrimas sinceras.
¡Bastarda hormiga comemierda!

VII

No sabía cómo comenzar esta poesía, que sospecho no
será la última que escriba…
“Oh Cielo, oh Tierra
trágame y espera
a la orilla…”
pero no estaría
diciendo nada,
o mejor, estaría
diciendo algo
pero no sería
lo que de verdad quiero
decir…
y ¿qué de mi
Soledad, y mi
Tristeza, y mi
Desengaño y mis libros
y todos mis espacios
vacíos?…
y de este poema…
y qué de una
sonrisa.

VIII

Oye, perdona las tardes de agosto
sin alarmas de guerra,
perdona el vacío noviembre
sin huesos de pollo y herrumbre.
Perdona también la rosa que no ha sido rosa
y ha sido silencio
o jerga inanimada
tapando un gusano que
tampoco ha sabido serlo.
Perdona al bufón triste,
al duque maltrecho.

IX

¿Qué mueve tu cabeza
con sus tantas neuronas
asustadas, por el vigor
de una máquina vaporizada?
Quizás vivas en otras épocas
de melodías y alma
de belleza y corazones
como en un ensueño
que mágico por un tiempo
hoy es borrado, exorcizado
por un televisor de 21 pulgadas.
El smog bloquea tus sentidos
ciega, sorda, lerda… ¡imbécil!
Te dejas robar la vida
aterrorizada por un aguacero
que limpia calles de tu mierda
y quizás te dé un catarro…
Deja, en una sonrisa
(si quieres amar el sendero de una sonrisa)
desnudarte por el viento…
Es el tiempo de tus ojos
(ha bajado la marea).
Has matado tu sueño…
¡Te condeno a vivir despierta!

X

Una rosa, un diamante
¿qué es un beso más?
Espadas, corazones
tus ojos, mi soledad.
Vivir, endurecerse
sin esencia ni universo
tréboles, ¿la muerte?:
¡Perdurar en el recuerdo!

XI

Una sonrisa no puede cambiar el mundo
porque en esencia el mundo es incambiable.
Pero escucha: No por eso las arañas vivirán mi tristeza
ni dejaré de dormir desnudo
ni Daniela caerá de bruces al vacío
(ahora se impone algo definitivo,
un no-sé-qué-carajo-me-pasa contigo
y no creo en amores eternos).

XII

Se acabó la inquisición de la conciencia
He desterrado a Dios como un mendigo
Al infierno voy,
Satanás me acoge en su regazo
Y la muerte me grita: ¡Bienvenido!
Has logrado esconder
lo ya escondido.

XIII

ESTE POEMA TIENE FECHA DE 02/24/2001, UNOS DIAS ANTES DE SU MUERTE

Y bien, luego de haber visto
las opciones como puertas
debe darse el tiempo a cada espacio.
Las llaves, el río
el polvo trocado en gestos,
epítetos,
el polvo que es la memoria,
el polvo que es el antiguo país de siempre,
el polvo que son los padres,
los amigos, los espacios tomados, vendidos,
ahora llenos de palabras que no suenan,
que no dicen nada…
Volvamos entonces a las llaves,
elijamos una
y tratemos la puerta.
La decisión no es importante
tampoco lo es la llave.
Entramos jóvenes a encontrar amores
a pescar, nuevas palabras, voces
gritos y lo que aparezca
(Lo que aparece siempre tendrá
el leve reminiscente del poeta)
y cierro la puerta.
Olvida el río, las opciones.
El presente es el camino más corto al paraíso…
P.D. Leerse luego de viajes, funerales y malas noticias en
general. Leerse casi siempre.
¡Che!, el presente es el camino más corto al paraíso.

XIV

El aliento que emulsiona
desde mi hígado
se convierte en algo más
que miles de hidrocarburos
contaminantes atmósfericos.
Es la queja loca
(el grito abyecto)
para renacuajos leucorreicos
con ojos histéricos
por falta de sexo.
Más reglas. ¡Más reglas!
más reglas a desobedecer
en reverencia obediente.
Oh, César…
¡Coño!
¿Nunca han visto un framboyan?
(Ojalá no sea hepatitis).

XV
Oye, cuando fuiste libre
nada de esto te pasaba
el tiempo poseyó tu espacio
y te fuiste,
como se van los grandes
que, ahora son pequeños,
ínfimos,
para proezas de tal envergadura.
La mierda es la mierda y sucedáneos.
Ya no soy persona
alguna vez lo fui
y eso me da el derecho
de hablarme como si fuera otro
y el otro sea importante
y el que hable no existiera.
Oye, cuando fuiste libre
lo fuiste y punto.
No hables más del asunto
¿Para qué?…
Imprevisible puede ser que cualquiera
hable de más
y entonces debería callar en serio
para que no le cierren la boca
para volver a hablar de más
para volver a callar en serio
para que no le cierren la boca
para volver a hablar de más…

Mejor creo sería morirnos
mejor pienso sería morirnos
para no alucinarnos con sandeces
de que todo, tal vez,
pudiera ser mejor…
Y yo podría contribuir al cambio.