Cuento

SUMMER BLACKOUT

Por qué tengo que morir
no en mi patria
sino en las ruinas de este país
que casi ni conozco.
Raúl Rivero

I
Yo no sé qué hago en esta calle. Yo soy alguien tranquilo. No tengo razones para estar en esta calle vacía. No sé si vacía como las almas de las jineteras paradas en aquella esquina. Cuba es una metáfora: un concepto sobrecargado de playas, hoteles, turismo internacional y secuelas… Dios también es una metáfora. “Si Dios quiere tendremos manteca a cinco pesos la botella”… Y parece que Dios no quiere. Parece que Dios no existe, grita la jinetera gorda como para que algún extranjero creyente la oiga y se compadezca. Dios está a punto de convertirse en tropo literario, en medicina para entes desesperados. Dios se olvidó de nosotras, dice casi llorando la rubia bajita y deja la boca abierta para ver si puede comerse una mosca para no morir de inanición.
Y no sé qué hago en esta calle. Creo que me senté a leer un papel mal doblado que encontré en casa hoy por la tarde. Abuela lo quería coger para el baño. Este papel me
lo dieron en la iglesia el domingo. Sí, porque yo soy católico, y católico comprometido eclesialmente. ¿No se habían dado cuenta desde el principio? Coño, que malos lectores
son. Yo si soy católico, catequista y todo eso que se es en las comunidades cuando uno es un poco gracioso y lleva asistiendo regularmente un tiempo, y se ha bautizado,
etc., etc., etc. Bueno, este papel es una carta pastoral.
Verdad que la situación ha empeorado. Hace seis años, la otra carta tenía una pila de hojas y ésta es una hoja escrita por delante y por detrás. Está escrita en un lenguaje raro, oí decir de Agustín los otros días. Me dijo también que tuvo que leerla como doce veces para darse cuenta de lo que decía, que parecía que la escribió otra gente, diferente de la que escribió la del noventa y dos. Agustín, me quitaste las ganas de leer. Pero tengo que
seguir aquí. ES un compromiso conmigo mismo. NO me da la gana de aguantar el apagón hogareño con los calores que están haciendo. Aquí por lo menos me justifico un poco mirando para aquella esquina y me siento menos culpable. En mi casa todo el mundo se pone a recordar cuando no había apagones y cuando la manteca era casi gratis. Demasiado tiempo de calores sin manteca ponen a todo el país a solucionar sentados las crisis nacionales y mundiales, a comer mierda para matar el tiempo sin luz; víctimas… no, víctimas no, menos culpables. En este país no hay más víctimas que las personas que no tienen uso de razón. Los demás somos culpables en escala. No les quepa duda.
Yo no sé qué hago en esta calle. ¡YO NO Sé QUé CARAJO HAGO EN ESTA CALLE! Debería estar luchando porque no hubiera jineteras, porque Dios fuera algo más que lenguaje verbal o literario, o porque no hubiera apagones o manteca demasiado cara: o porque no hayan más discursos por ambos canales (¡lo dije!): o porque esos gays faranduleros que hablan con esas mujeres de la esquina no sean rechazados: o porque los obispos repitan
todos los años la pastoral del noventa y dos. (¡Hay tanto de que hablar todos los años!) y porque Agustín entienda lo que escriben…
Pero hay mucho calor y las calles están oscuras y los dirigentes institucionales comen bien y andan en carro. Y ya sé por qué estoy parado en esta calle…
Allá enfrente, no muy lejos, venden unos refrescos enlatados de naranja deliciosos a 45 centavos dólar…
Y tengo mucha sed…
Y este cuento es una mierda y yo sólo trataba de decir algo.
II
¿Y qué?, les inquiero con la frente muy alta. Ustedes también toman refresco y además tragan voluminosas pizzas. ¿Y qué?, les repito para que no se vayan haciendo los que me miran de casualidad. Ustedes están sentados como yo, al clima Panasonic, en un bar oyendo buena música. Y analizando bien tienen más dinero que Silvio Rodríguez. No es primera vez que los veo aquí y cada vez que vienen dejan un faltante del carajo; no voy a comentar nada de las propinas, o sí, sí lo voy a comentar: dejan más propina que los millonarios petroleros de Kuwait cuando visitan Las Vegas. Hasta yo quiero ser camarero cuando ustedes vienen. Y ahora fisgonean la latica que saboreo. ¿Me van a dar otra, me regalarán otro refresco; o una cerveza, vaya, una cervecita? No, son unos viejos tacaños.
¿Cuántos años sumarán entre los dos, cuántos años le deberán al cementerio? Que lo quite quien lo puso, les oigo decir pero si no lo pusieron por lo menos estuvieron
cerca de los que lo hicieron. ¡Hagan algo!… hagan algo aparte de embucharse como bestias y sobrevivir en bares con aire acondicionado y música indirecta. Les toca hacer
algo a los que conocieron tiempos mejores. Lo pienso y pongo cara de rebelde para que se den cuenta… ¡HAGAN ALGO! y háganlo ya que tengo ganas de tomarme otro
refresco y se acabó el dinero. The money is gone le digo bajito al hígado para que no se altere. Si tuviera un millón de dólares. Bueno, dos millones. Uno para gastarlo y otro para enseñarlo a la gente y cobrar diez pesos por mirada. Creo que nadie ha visto un millón de dólares, perdón. UN MILLóN DE DóLARES; un millón de dólares no existe. UN MILLóN DE DóLARES, sí. Una casa, habilitar la casa, un auto, y comida, mucha comida,
cantidades inimaginables de comida y una planta eléctrica y abundante petróleo y el soborno a todo el Ministerio de Justicia y el Ministerio del Interior. En Cuba no se puede tener siquiera un millón de dólares, así en minúscula. Un registro y descubren cinco libras de carne bovina en el freezer; una semana detenido. Y las averiguaciones:
cómo se hizo de todo ese dinero, eso es un negocio ilegal, (casi todos los negocios son ilegales) usted no pertenece a los CDR y no asiste a los trabajos voluntarios, no dona
sangre, no paga MTT, no asistió a las votaciones, no participa en las recogidas de materia prima… Para nosotros todo está claro usted es un antisocial y si no le gusta ser
antisocial lo pasamos al archivo de la escoria, la contrarrevolución interna al servicio imperialista… y católica… ¡Ah!, usted es católico!… debe saber que en este glorioso país
en nuestro glorioso sistema nuestro glorioso pueblo, ejem, ejem, ejem, ha mantenido una actitud cof, cof de respeto admirable hacia todos los religiosos que de una manera
u otra han trabajado en las construcción de los caminos que nos han (posible picazón en la nariz) llevaaaaaado al fortalecimiento de los logros de nuestra eterna, invencible, justa, benééééévola y digna de imitar revolución (disculpen que la escriba con minúsculas) pero no podemos admitir coqueteos de ningún tipo tup, tup (partículas salivares onomatopéyicas) con aquellos indignos, serviles, oportunistas, traidores, apátridas, vendepatrias, gusanos que no están de acuerdo con esta (voy a borrar espacio)
revolución (discúlpeme de nuevo). Y todo lo que sigue a TODO eso. No hay solución. Aquí uno no puede ser ni millonario si no es del partido.

¿Y qué?, les repito por última vez con cara de lástima para ver si se apiadan y me compran otro refresco, o una cerveza, una cervecita. Pero ustedes siguen inmunes en
su mesa repleta de vacíos y medios llenos envases para comidas. Las botellas y latas vacías las ponen en el piso: viejos maniáticos. O no tienen hijos o tuvieron demasiados. No miran a nadie.
Creo que esa es la solución, no mirar. Y eso salva. Por eso los ciegos serán los primeros en entrar al Reino de los Cielos, ese lugar lleno de playas mantecosas donde no hay apagones. No mirar para no tener problemas. Aunque el que mira demasiado se queda ciego… Sí hígado, coño, ya sé, pero entiende, please understand me. I would like
to drink another soft drink, but I have no money, I have no money… y si lo tuviera todo sería igual. Pero no puedo traducirte esto. Me darías una hepatitis del coño de mi
madre. Y no estoy para hepatitis ahora. No hay medicinas y tengo que luchar mucho para hacer reposo. I’m sorry, no puedo traducirte eso.
¿Y qué?, les digo a los ancianos desde la puerta. Sonríen con la mano derecha levantada. Hace un calor terrible, ¿no es verdad? Asienten parejamente. La puerta del bar se cierra tras de mí. El vapor callejero me abraza y no me suelta. Dejo mi lata vacía encima de una mesa también vacía.
El refresco era una mierda y yo sólo quería tomar algo.

IV
Ahora estoy en casa. 4:46 AM.
¿Qué hice? ¿Qué carajo hice? ¿Qué coño de mi madre hice? (perdón público) ¿Qué cojones hice?
Estoy loco. Debo de estarlo. ¿Pero en qué juego de fútbol estaba pensando? ¿Qué mierda estaba comiendo?
Todos quieren resolver el problema cubano y yo no puedo ser menos que Todos. Todos es mi amigo y todo lo que quiera pero es menos capaz, menos inteligente y más comemierda que yo. (Se me fue una n de más en la primera oración de este párrafo pero no tengo tiempo para quitarla, no ahora. Disculpas mil y una). Todos habló
una vez de la necesidad de darse a conocer, de lograr una posición, un nombre, para desde ahí empezar a mejorar la situación. Buscar espacios, en otras palabras. Y
yo no puedo ser menos que Todos, no podía ser menos que Todos pero se me fue la mano y se me fue completa. Fui a buscar mi espacio justo en una pared blanquecina
enfrente del COMITÉ PROVINCIAL DEL PARTIDO (para que se me entienda).
Y no soy más capaz, más inteligente, más decidido, más patriota y ahora sé que más comemierda que Todos. Mi amigo Tomás Todos Ercia está condenado a cinco
(CINCO) años de prisión por propaganda enemiga y desacato…

Es un mar sin fondo. Un abismo donde no cabe nada más que abismo. El destino, mi destino… Y lloro.
Soy un suicida. Piso cables de 220 V descalzo y con las manos mojadas de refresco. Soy un auténtico suicida. Un torpe imbécil que lucha por nada, por nada más que
porque digan que lucha. Juanqui el héroe, el grande, el anticomunista furibundo, el estudiante universitario expulsado por nada, el novio de una médico que no soporta que
le dedique cuentos a los amigos: Juanqui el comemierda, elnuncaseránada, el-nunca-será-más-que-un expulsado universitario.
Tomás sólo dijo que Martí había dicho… ¿Y quién carajo es Tomás Todos Ercia para decir que Martí dijo? Para eso tenemos a nuestros compañeros estudiosos partidistas, educados y formados en la antigua pero gloriosa y añorada URSS y aquí no se aceptan otras opiniones o para qué cree que nuestro partido es único para auuuuunar criteeeeerios queee noooo seeeean difeeeerentes a nuuuestras cooooncepciones sooooocio-polííííííticas del mundo y recuerde que Cuuuuuuba es el futuuuro del
muuuuundo perdón el brillaaaaante sisteeeeeema cuuuubano que todo el pueblo que estááááá cooooon nueeeeestras iiiiiiideas es el futuuuuuro del muuuundo. Eso dijo el
Fiscal. No recuerdo lo que dijo Tomás que Martí había dicho.
¿Y dónde está Dios?, pregunto cauteloso para que no me escuche. Eres un malagradecido. Con tanto dinero que he donado a las colectas y con tantos padrenuestros que han salido de mis cuerdas vocales. ¿No podrías
haber aguantado la mano que escribía lo que mi cerebro crazy y rebelde ordenaba? ¿Dónde estabas?
Estos calores me están volviendo loco. Abuelo se suicidó. Mamá se mató y papá se destoletó en el carro recién comprado, regalo por su misión en Angola. Llevo en mis
venas la sangre suicida. Acabo de empezar a suicidarme.
Tomás dijo lo que Martí había dicho. Tomás está preso por decir lo que otros dicen, por atreverse a decir lo que otros dicen. Yo estoy muerto por escribir lo que pienso enfrente.
¡ENFRENTE DEL PCC PROVINCIAL! Estos calores me están volviendo loco, me están arrebatando.
Estoy en casa. 7:55 AM
Voy a terminar lo que empezó hace 40 años. Voy a suicidarme.
Me llego hasta el pcc provincial y digo que fui yo el que escribí el poema, que hagan conmigo lo que les de la gana, que no me importa lo que hagan conmigo, que son
unos cerebrosestrechos, unos mononeuronales, como diría Jenny y ahí mismo empiezo a recitar el libro de Isaías de principio a fin y les canto la Marsellesa y les digo que
mi abuela luchó contra Batista y que está loca y que bienestar social le paga ochenta pesos mensuales y que mi papá estuvo en Angola y le dieron un Moskovish y que yo vendí lo que quedó del Moskovish y que no me da la gana de que sigan llevando a Cuba a la mierda porque sí y que hace mucho calor y que eso es lo único que no tiene solución en este país.
Y ya lo he dicho pero no importa. ESTE CUENTO ES UNA MIERDA y yo sólo quería escribir algo.

III
Yo no he dicho que el tiempo fluye en los fantasmas de mis actos pasados repitiéndolos infinitamente. No lo he dicho todavía no lo he dicho
Y puede que lo diga…
Pero temo la trascendencia de las palabras mal dichas –o mal escritas– como temo no encontrar el lugar exacto donde murió Pasolini o donde murió Aristóteles o Cristo…
Prefiero
E
N
T
O
N
C
E
S
escribir callado un triste poema sobre la dura realidad de los profetas mudos
y puede que en él escriba un poco sobre el tiempo que vivo inconforme
para leerme complacido en la genialidad de mis neuronas…
Pero temo no ser digno de la fuerza de las palabras que se escriben en silencio
como temo no cavar mi tumba in the backyard.
In my home, in any place of the world –para que me entiendan–
Propongo
E
N
T
O
N
C
E
S
Dormir, only sleep
para soñar con tiempos mejores
para ver si pasa algo mientras duermo y no me pasa nada…
para despertar inquieto
y desear no haber soñado nunca
y no recordar a los profetas
ni al tiempo, ni los fantasmas de mis actos pasados
–ni mis actos– y pienso…
E
N
T
O
N
C
E
S
que todo ha sido –y será– en vano
y que este poema es una mierda
y que no puedo más que declarar
E
N
T
O
N
C
E
S
no hablar, no escribir, y sobre todo NO PENSAR
porque se corre el riesgo de alucinarse infinitamente
porque se corre el riesgo de gritar sandeces
porque se corre el riesgo de hacer poemas…
y ya lo he dicho, pero no importa
ESTE POEMA ES UNA MIERDA
y yo sólo trataba de decir algo. (Lo juro, de veras…).
P.D. Este cuento consta de cuatro partes:
I- De cuando el protagonista estaba parado para leer en una calle cualquiera y ve a unas jineteras y entonces hace una pequeña reflexión.
II- De cuando el protagonista entabla diálogo mental con un supuesto matrimonio adinerado y propicia una conversación (única en la literatura) con su importado hígado,
obsequio de sus tíos neoyorquinos.
III- El poema que escribe el protagonista enfrente del pcc provincial (disculpen la minúscula).
IV- Reflexión del protagonista sobre lo que ha vivido en esa noche. Desenlace. (Nos ahorramos el final del protagonista porque suponemos que lo conozcan).
P.D. de la P.D. Anteponemos el IV al III porque a lo mejor usted no gusta de la poesía del protagonista que, advertimos, es imprescindible para la comprensión del cuento.
Usted tendría que leerla obligado y debe estar cansado de que lo obliguen para venir a obligarlo yo también. No obstante, le recuerdo que es imprescindible leer el poema para comprender el cuento. No puedo obligarlo. Yo estoy formado en democracia.
P.D. de la P.D. de la P.D. El protagonista es cubano y está loco.
P.D. de la P.D. de la P.D. de la P.D. ¡Y EL LOCO SOY YO!…