Enviado: Lunes, 27 de noviembre de 2000 01:34 PM
A: María Cristina Pulido
Coño, mi herma, al fin te dignas a recordarme y de paso a escribirme. Acabo de llegar de Boston, donde pasé cuatro días maravillosos con Lorena y otro amigo de allá
que es español. Fue bueno ir porque tuvimos experiencias fuertísimas emocionalmente que van definiendo poco a poco lo que tenemos, ese dar sin esperar nada a cambio
y aceptar lo que ella me da tan libremente. Poco a poco
hemos construido algo que podrá funcionar o no funcionar
(sabes que ambos somos supercomplicados y ella está
mucho más complicada) pero de lo que estamos seguros
es de que es para siempre. Y eso me da un sentido de
permanencia en las cosas que hacemos y hablamos. Y
nada, si nos preguntas somos más que amigos, hermanos…
Estuve leyendo recientemente el Mito de Sísifo de Albert Camus. En el principal problema que trata de resolver es cómo solucionar la condición humana. Se plantea una
situación durante todo el libro y es la siguiente: Vivir significa el planteamiento constante de la aceptación o negación de la suerte que nos ha tocado a través del suicidio. Es decir, si tenemos que suicidarnos o no suicidarnos. Y
lo resuelve de una manera excepcional. El morirnos está predestinado entonces no hay más opción que la propia negación para alcanzar el verdadero sentido del sufrimiento transformado en esperanza, en utopías realizables.
como decía Jesús: Si te obligan a caminar una milla, camina dos… ¿Entiende, superiora?
Che, recuerda que yo también te amo con toda la pasión que se puede amar. Pero también ten presente que yo, como te amo, estoy presente allá contigo de la misma
manera que estás aquí conmigo. Una cosa que he aprendido con Lorena es que no se puede abrazar físicamente si primero no se ha experimentando el feeling de que ya,
aún antes de desear pasar los brazos alrededor de otro cuerpo, ya ese abrazo estaba escrito. Y los nuestros, mi herma querida, están escritos y los siento uno por uno
y los disfruto. Siente los míos y siente mi presencia allá contigo.
Hablé con Carlitos el día del cumple. Fue una conversación superinteresante. ¿Sabes? Siento a pesar de la lejanía, hemos logrado salvar muchas de nuestras diferencias en la familia, y eso ha sido siempre un reto para nosotros, los Pulido-Martínez. Sabes las lágrimas que nos han costado. Y es lindo ver como crecemos en ese sentido.
Bueno no te apabullo más con este discurso de lunes matutino. Espero que me escribas pronto, no seas vaga.
Un besote de tu hermano,
Juanqui