Hoy le presentamos una frase que Juanqui nos dijo cuando conversábamos sobre todo lo que le había pasado un mes antes de su muerte. Y he pensado en todas las personas que he encontrado a lo largo de mi vida, personas con historias muy dolorosas y que han sabido perdonar y otras no. Juanqui sufria en su alma las consecuencias de la maldad humana. Y es ahí precisamente donde radica la barbarie del mal: sus consecuecias nefastas para personas inocentes. Juanqui fue rico en simpatía y compasión para los demás. Fue “familia” hasta el último adiós. Ojalá pueda vivir con la convicción de esta frase. Los dejo con Juanqui.
“Estos desgraciados me han destruido la vida, pero no los odio, porque el que obra el mal es más pobre que al que se lo hacen”.