¡ES DOMINGO! En los años de adolescencia Juanqui junto con un grupo de amigos (sus Hermanos como él los llamaba) solían discurrir largas horas sobre la realidad del mundo, y sobre todo de la situación de Cuba. Sus encuentros iban sustentados por la enseñanza de mami sobre la Doctrina Social de la Iglesia: ”El anuncio de la salvación propio del cristianismo no lleva a desentenderse del mundo y de la sociedad, como si para ser auténticamente cristianos debiésemos dejar de lado el bien común”. Juanqui tomaba muy en serio “EL BIEN COMUN”, palabras repetidas casi todos los dias en nuestra casa. Y su reflexión no solo se quedaba en palabras… Es en este contexto que nace Salmos para un Breviario (Laudes, Visperas y Completas). Son poemas magistrales que un adolescente Cubano escribió frente a la barbarie humana que vivía y que todavía vive nuestro pueblo. Los dejo con Juanqui.
LAUDES (PAGINAS PARA UN BREVIARIO)
Y vi las sombras hacerse largas
en una pared de hazañas carcomida
junto a manchas de sangre y barbarie
y gritos de fanáticos secuaces
–y fanáticos secuaces–
deseosos de un nombre en el muro.
Himnos, consignas,
–ladridos desgarradores de gargantas–
llenan el silencio,
matan el silencio
crucifican el silencio
amparados en carteles
que prometen aplastar a los callados.
Y miro a un niño
–límpio niño de rostro alegre y manos juguetonas–
un niño que será preparado para gritar
–para tratar de grabar su nombre en el muro–
un niño que no será más que sombra,
–sólo una sombra–
otro más, al pie del muro…
Y yo mirando, creyéndome víctima…
Soy un jodido culpable.