Un amigo me acaba de decir que mañana habrá desfile por el Primero de Mayo en Cuba. Eso me parece simplemente atroz. Y pensé en el poema de Juanqui sobre su experiencia de los desfiles y precisamente de un Primero de Mayo. Eso se une a lo que vi en el noticiero hace dos dias. Dos enormes policías cubanos encima de un adolescente dándole golpes… y nadie hacía nada… tampoco yo.
A Cuba…
(…un silbido lejano anuncia el tiempo en las Iglesias.)
(Después de ver un desfile del primero de mayo y dos horas más tarde
The Wall).
LAUDES
Y vi las sombras hacerse largas
en una pared de hazañas carcomida
junto a manchas de sangre y barbarie
y gritos de fanáticos secuaces
–y fanáticos secuaces–
deseosos de un nombre en el muro.
Himnos, consignas,
–ladridos desgarradores de gargantas–
llenan el silencio,
matan el silencio
crucifican el silencio
amparados en carteles
que prometen aplastar a los callados.
Y miro a un niño
–límpio niño de rostro alegre y manos juguetonas–
un niño que será preparado para gritar
–para tratar de grabar su nombre en el muro–
un niño que no será más que sombra,
–sólo una sombra–
otro más, al pie del muro…
Y yo mirando, creyéndome víctima…
Soy un jodido culpable.
Juan Francisco Pulido