Corría el año 1998 y en los pasillos del Instituto de Formación Teológica María Reina en La Habana, Cuba, unos papeles iban de mano en mano. Casi todos los que
tenían talento para la escritura los revisaban, daban su opinión, comentaban. ¿Pero qué era lo que se tramaba con tanto interés y confidencia? Eran los borradores del
libro Mario In The Heaven’s Gate y otros cuentos suicidas que Juanqui escribía. Y así se gestó ese libro que más tarde recibiría el premio Vitral en 1999. Meses después
de la muerte de Juanqui, su hermano Carlos encontró en la computadora de nuestro padre en Cienfuegos, los originales de la obra completa de ese libro, ya que no todo
fue publicado. Varios cuentos no fueron aceptados por los responsables de ese premio; sin embargo, Juanqui los daba a conocer en publicaciones diocesanas, en tertulias
literarias y así nos dejó una de sus grandes obras. También les presentamos otros de sus relatos que también fueron premiados.
Cuento